¿Cuándo es el momento de hablar de sexualidad con nuestros hijos?







Es una pregunta que lanzamos en al aire en algunas de nuestras charlas de sexualidad y afectividad para padres. La respuesta más contestada es a partir de los 12 o 13 años dicen algunos, otros se aventuran a decir sobre los 10 u 11 años cuando a las chicas le viene la primera regla. Tengo que decir muy a pesar mío que ya llegan tarde, porque es justamente en esas edades cuando se está formando la personalidad de nuestros hijos y es el momento que empieza el desapego, la rebeldía y no escucharán a sus padres tanto como quisiéramos, están intentando crear su propia imagen y formar su identidad. No esperéis a esas edades para comenzar a hablar a vuestros hijos de sexualidad ni darles la charla de cómo nacen los niños, ellos ya habrán buscado fuera, probablemente entre sus amigos o en Internet y la información no siempre será la más correcta o adecuada a su edad.

Debemos saber que sexo es diferente a sexualidad,  la sexualidad está presente desde que nacemos y como tal es parte importantísima de nuestra persona, necesitamos entendernos como un todo. La persona comprende todas sus dimensiones la fisiológica, psicológica y espiritual, la sexualidad no solamente se ve limitada a una actividad del aparato genital. La sexualidad humana comprende una serie de actividades y conductas ligadas al sexo cuya finalidad, desde el punto biológico es la reproducción y por otro lado la obtención de placer, pero la sexualidad también comprende el deseo, la atracción, la sensación de sentirse hombre y mujer, los celos, el rechazo, la intimidad, la soledad o el amor entre otros. Además la sexualidad comienza desde la propia gestación y termina con la muerte. No existen líneas divisorias, edades de comienzo y final en su desarrollo.

La relación con nuestro cuerpo, con lo que sentimos y con el hecho de compartirlo con otras personas si lo deseamos, decidimos, con quien, cuándo, y cómo, tiene que ver con cómo me relaciono, tiene que ver con la experiencia, con el aprendizaje y con el cambio, la relación con los derechos sexuales y reproductores, la toma de decisiones. Todas esas cuestiones se tienen que aprender en casa.

Los padres tenemos que crear un vínculo de confianza en donde se pueda hablar abiertamente de todas las inquietudes que surgen a lo largo de la vida, desde que nuestros hijos formulan sus primeras preguntas, debemos ser puentes de comunicación, estar siempre abiertos a las preguntas de nuestros hijos, sin restricciones y silencios incómodos, adaptando el lenguaje a su edad.

Los valores como el respecto por su cuerpo y por los demás, el demostrarles que los amáis incondicionalmente incluso cuando estáis enfadados, el gestionar la autoridad, saber decir NO, que nadie puede obligarles a hacer nada que no quieran hacer, etc. casi todo se debe aprender en casa. Los hijos miran a los padres y sacan conclusiones de qué es ser una mujer y qué es ser un hombre, cómo tratar a la pareja. Los padres somos los modelos de nuestros hijos, donde los niños aprenden de veras sobre relaciones, respecto, muestras de cariño y sexualidad, es sin duda en nuestra casa. Seamos realmente modelos a seguir.

Dámaris Llaudis Reyes
Enfermera - Sexóloga - Arteterapeuta
psiconexe@gmail.com

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