Noche de bodas ideal




Escribo esto con el máximo cariño para aquellos que anhelan la llegada de su noche de bodas y llegan a ella vírgenes (mucho de lo aquí escrito también será válido para la primera relación sexual aunque no sea la noche de bodas). Muchas parejas de etnia gitana, musulmanes, cristianos practicantes católicos, evangélicos, seguidores de otras religiones o personas que por tradición, cultura o decisión personal han decidido esperar hasta ese momento, con esa persona especial. En la mayoría de casos que me he encontrado, se daba una importante carencia: la falta de información. Me refiero específicamente a consejos concretos para tener relaciones sexuales con penetración por primera vez, y sí, digo consejos pues hay cosas que es mejor explicarlas en primera persona. Imaginemos que esperamos toda la juventud para esquiar, y soñamos con ese momento ideal en que nos lanzamos desde una imponente montaña, deseando sentir la adrenalina recorriendo nuestro cuerpo, el aire puro en el rostro, el espectáculo de nieve inundando el paisaje,  la maravilla de surcar la nieve por primera vez bajo el dominio de nuestros esquís. Si has esquiado alguna vez, sabrás que el que hiciese algo así cometería una grave imprudencia y con alta probabilidad se pegaría un gran tortazo en breve, adrenalina sí, pero por el susto o incluso pánico si empezase a caer por la pendiente, seguramente acabaría dolorido como todo buen principiante, agotado, avergonzado e incluso lesionado. Pues bien, si a nadie se le ocurre comenzar a  esquiar sin un buen instructor, amigo o familiar que lo guíe, sin algunos consejos y empezando poco a poco y por una pista sencilla ¿Por qué a muchos no se les plantea la misma cuestión sobre la noche de bodas? Y según mi opinión, ¿Por qué los padres, familiares o amigos íntimos dejan el asunto de la noche de bodas en manos de una ingenua joven pareja? No lo sé, intuyo algunas razones como la vergüenza a hablar de esas cosas por el tabú que aún es el sexo, o la falsa creencia de que hoy hasta los niños saben todo sobre el sexo (si tu educación sexual se basa en la pornografía te advierto del peligroso desastre de tu vida sexual), incluso algunos tal vez no digan nada porque suponen que la virginidad ya debe ser una etapa superada, pero la realidad es que muchas jóvenes parejas que llegan vírgenes al matrimonio se encuentran con dificultades, dudas, sorpresas, grandes decepciones y frustración ante una realidad que nadie les explicó.

De forma breve, explicaré algunos de los mitos sobre esta cuestión. Quiero empezar por desmitificar las películas y novelas románticas. La maravilla que nos muestra el cine sobre el tema, donde todo es ideal, hay música de fondo, el hombre es un héroe, la mujer es perfecta, la situación idónea, la pasión es desenfrenada, y el clímax inevitable, es mentira, una mentira espectacular, porque es una película, un espectáculo, ficción, actores siguiendo un guión. La realidad está bastante lejos de eso. Algunas dosis de realidad:
  • La tensión propia de la boda, las emociones, el consumo de alcohol, los regalos (y la curiosidad por abrirlos), la gran cantidad de familiares y amigos, suelen desembocar en un estado agotador que lleva a muchos a ni siquiera intentar tener relaciones sexuales en la noche de bodas.
  • Un hombre inexperto probablemente se salte los preliminares, o ni sepa qué es eso y puede provocar un coito doloroso o una eyaculación a los pocos segundos que deje a la novia en estado de total desencanto o algo peor.
  • La ansiedad puede provocar muchas disfunciones, en el hombre las más comunes son la eyaculación precoz y la disfunción eréctil.
  • La ansiedad en la mujer puede afectar el deseo o la excitación, dificultar la lubricación vaginal y provocar desagrado, irritación o dolor, dispareunia o incluso vaginismo.
  • Las altas expectativas reservadas para ese gran día, pueden convertirse en una gran decepción y frustración.
 A la lista anterior se pueden añadir aquellos aspectos culturales de cada pareja, como el miedo o hecho de sangrar por la rotura del himen que puede desencadenar sospechas, rechazo, incluso un conflicto familiar o los poco sutiles comentarios de familia y amigos el día después que pueden resultar vergonzosos o hirientes en caso de que la cosa no haya sido maravillosa como se supone debería ser.

Hay buenas noticias

Muchas son las dificultades que pueden darse una noche de bodas, pero casi todas pueden desaparecer o sobrellevarse bien siguiendo algunos consejos:
  • Bajad las expectativas. Pensad que sois principiantes y es normal que haya complicaciones, por tanto tomadlo con buen humor.
  • Practica el amor. Esto es esencial para hacer el amor (aunque muchos lo desconocen), Amar significa buscar el bien de la persona amada, buscar su agrado, su bien, su placer, ofrecerle lo mejor. Hazle el amor así, cuidando cada detalle, atento a sus reacciones, evitando ninguna situación incómoda o dolor.
  • Si no hay sexo en la noche de bodas, o no es cómo esperabas, no pasa nada, puedes probar la mañana siguiente, o al día siguiente o al otro…
  • Usa lubricante, compradlo antes y tenedlo a mano (tened cuidado pues algunos lubricantes no son compatibles con los preservativos). Si no lo necesitáis, pues bien, pero si lo necesitáis y no lo tenéis puede ser un verdadero desastre. Entiendo que puedas pensar que es artificial e innecesario. No te la juegues, ¡hazme caso!
  • Si hay dolor ¡para! El sexo es fuente de placer, nunca debe practicarse sin deseo, por obligación o con dolor.

Además de estas advertencias, te recomiendo que busques el consejo de alguna persona de confianza, que seguro te será muy útil tanto para tus primeras relaciones como en futuras dudas sobre la sexualidad, y si hay dificultades no dudes en buscar ayuda a un profesional de la sexología, más del 90% de las parejas experimentan algún problema sexual y muchos arrastran esos problemas durante años, lamentablemente.

¿Pero es posible que sea una noche fantástica? Claro que sí, lo es para muchos y lo será para vosotros si practicáis lo de hacer el amor con amor, buscando el bien y placer de la pareja antes que el propio. Si va todo bien, enhorabuena, y si no, tomadlo con humor, reír, jugar y disfrutar de aprender juntos, tenéis muchas noches por delante para ser expertos en el amor. 


Jonatan Serrano
Psicólogo col. 20.279
Terapeuta de pareja
Especialista en disfunciones sexuales
psiconexe@gmail.com


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