Mucho se
ha dicho sobre la terrible práctica de la ablación, la mutilación genital
femenina parcial o total los genitales, particularmente del clítoris, practicada con objeto de eliminar el placer sexual en millones de mujeres, pero curiosamente,
en nuestra cultura el clítoris también ha sido extirpado, mutilado, ignorado en
las conversaciones en casa, desconocido por muchas niñas y mujeres, ocultado
por todos como algo vergonzante, “eso no se mira, ahí no se toca", esta ha sido nuestra ignominiosa ablación silenciosa, sutil, que en
demasiadas familias ha convertido la sexualidad y en especial los genitales
femeninos en tabú. Tabú porque de eso no se habla, porque se considera sucio,
un tabú que ha privado a muchas mujeres y niñas del autoconocimiento de su
cuerpo, su anatomía y fuentes de placer natural. Como es de esperar, muchas
niñas que jamás oyeron hablar en casa, y poco fuera de casa, sobre sexualidad,
sobre sus genitales y mucho menos sobre su precioso clítoris, sí precioso, de
gran valor, órgano diseñado para proporcionar placer, inervado de terminaciones
nerviosas el doble que el glande masculino, elevando el potencial de placer sexual femenino. Muchas niñas y mujeres han sido privadas de su placer, del acceso a su
propio cuerpo ya que incluso tocarse “era malo”, han sido mutiladas con las
palabras, las miradas y el silencio.
En terapia sexual y de pareja observamos
algo que es tristemente habitual en la sociedad, mujeres que desconocen sus genitales y cuyo desconocimiento afecta también a su
compañero, parejas con problemas de anorgasmia, bajo deseo sexual, vaginismo, dispareunia y otras disfunciones sexuales cuya causa a menudo radica en el desconocimiento elemental de los genitales, en ocasiones, hombres
que no saben dar placer pero lamentablemente, mujeres que no saben guiar a su
pareja para obtener placer.
Desde aquí quiero denunciar la "ablación" del
clítoris por la ignorancia, la mutilación del conocimiento, la extirpación del
placer, la vergüenza de una sociedad supuestamente avanzada que ha dejado en
manos de otros como la industria del sexo y la pornografía, el conocimiento
sobre sexo a jóvenes y adolescentes, mostrando una realidad falsa, distorsionada,
carente de intimidad y lejos del amor y el respeto mutuo.
A ti
mujer te digo: conócete, conoce cada milímetro de tu cuerpo, aprende, investiga, disfruta, solo así podrás guiar a tu pareja para juntos
experimentar, compartir y crecer en el arte del placer mutuo y el amor.
Hombres:
aparcad un rato vuestros arrogantes miembros para centraros en
estimular a vuestras mujeres y conseguir un verdadero éxtasis, compartido, con
complicidad, con amor. Dad placer, porque más bienaventurado es dar que
recibir, y como dice un antiguo proverbio (Eclesiastés 9:9) goza de la vida con la mujer amada, gozad juntos, disfrutaréis el doble.
Padres:
que no se cometa ninguna mutilación genital en vuestros hogares, hablad de sexo
a vuestros hijos e hijas, explicadles bien todos los detalles sobre sus
genitales y la sexualidad, con naturalidad, con un lenguaje sencillo para cada
edad, y lo que no sepáis lo preguntáis, investigáis. Lo que no expliquéis a vuestros
hijos, otros se encargarán de hacerlo, y la industria del sexo y la pornografía
no tienen vocación educativa, los padres somos los responsables de la educación de nuestros hijos, sin duda.
Rompamos
con la mutilación del conocimiento, hablemos de sexo con naturalidad,
disfrutemos la vida plenamente, sin tabús. No perpetuemos la ignorancia de las
generaciones que nos preceden.
Jonatan Serrano
Psicólogo. Col. 20.279
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