Hablar de sexo con los hijos ¿Promueve la promiscuidad?





Existe el mito de que si se habla de sexualidad con los hijos, provocaremos que estos sean más promiscuos y a una edad más precoz. Esto por desgracia lo he escuchado en escuelas, iglesias y hablando con padres. La mayoría de estudios demuestran todo lo contrario: Los hijos que son informados por sus padres sobre sexualidad, son menos promiscuos. Cuanto más informados estén mucho mejor es su conducta sexual. Se debe de hablar para prevenir las relaciones abusivas y tóxicas, aclarar dudas, evitar embarazos no deseados, relaciones de maltrato, abusos sexuales en la infancia, enfermedades de transmisión sexual, etc. La sexualidad ha de tratarse dentro de la afectividad, desde el respeto, el amor, la comprensión  y la empatía.




Una persona a la que no se le enseña nada sobre la sexualidad en casa, donde no se trata el tema desde la normalidad y se hace callar cuando surge el tema, aprende que es un tabú sobre el que no hay que preguntar, al contrario, puede provocar inquietud, curiosidad o miedo, entendiendo la sexualidad como algo malo y prohibido.

Los hijos no informados, inician una búsqueda por ellos mismos, muchas veces en lugares no muy pedagógicos y en muchos casos el conocimiento que tienen sobre la sexualidad proviene básicamente de la pornografía. La edad media de primera exposición al porno es a los 11 años (Covenant Eyes, 2015).
Por desgracia todavía son muchas las escuelas que no enseñan educación afectiva sexual, limitándose a explicar el aparato reproductor. En muchos hogares, la educación sexual se limita a “la charla” a veces acompañada de la entrega de un preservativo  y con ello algunos padres creen que el tema ya está zanjado, descuidando algo tan importante en el desarrollo de la vida de los niños y adolescentes.

Muchos padres explican cómo vivieron la sexualidad en su casa, la mayoría no hablaba de este tema y la vivieron con temor, con recelo, a escondidas, con miedo a ser descubiertos, con reparo sobre su cuerpo, como algo malo. La experiencia con adolescentes me hace pensar que no ha cambiado mucho, seguimos en esta línea, pensando que la educación se la darán en las escuelas y las escuelas pensando que la educación sexual debe darse en casa y de esta manera van pasando los años con un silencio abismal sobre el tema. Unos por otros la casa sin barrer. Y luego nos alarmamos de los abusos sexuales en la infancia que van en aumento, de las relaciones prematuras, los embarazos no deseados, las enfermedades de transmisión sexual en adolescentes y jóvenes, las relaciones  tóxicas de dominación, la autoestima y autoimagen dañadas, problemas de identidad, o peligros como el sexting o el grooming.

La educación sexual de nuestros hijos es algo que debemos tomar en serio.

Dámaris Llaudis Reyes
Enfermera - Sexóloga - Arteterapeuta
psiconexe@gmail.com

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